Hoy, celebramos ser parte de ACUMEN una comunidad dispuesta a escuchar nuestras ideas y a impulsarnos para hacerlas realidad y celebramos ser reconocidos como un emprendimiento de impacto de talla mundial, queremos seguir avanzando en nuestro propósito de mostrar a los jóvenes una nueva narrativa en la que ellos tienen la capacidad de cambiar su entorno para ser mejores.
Nos han educado para considerar la pobreza como un asunto netamente económico, cuando, en la realidad, implica, además, una serie de carencias sociales, personales y culturales que impiden a las personas reconocer sus motivaciones y desarrollar todo su potencial para construir nuevas historias que dignifiquen su vida y la de sus entornos personales, familiares y comunitarios. En Timbalé, vemos en los jóvenes el potencial para efectuar cambios determinantes, reconociendo que el lastre del pasado nos entrega aprendizajes para el futuro, pero que tenemos la capacidad de cambiar la historia, construyendo un nuevo futuro que priorice la vida.
Gracias ACUMEN por creer en nosotros, por creer en los jóvenes, por creer en las posibilidades del arte y la cultura para transformar vidas. Nos da valentía y esperanza contar con su apoyo y con el de todos los emprendedores ACUMEN que en cada uno de sus países y desde cada uno de sus propósitos nos muestran que es posible liderar cambios y que hay, en torno a nuestros proyectos, personas, organizaciones y comunidades dispuestas a acompañarnos en este camino, a soñar, a trabajar conjuntamente, y a brindarnos sus experiencias de forma generosa.
Seguiremos trabajando para llevar danza y canto a más lugares de Colombia porque estamos convencidos de que el arte es una herramienta global para construir un mundo basado en la dignidad.
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